Balaguer: Historias poco conocidas del anillo del poder

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Su sucesor. El escritor e historiador Miguel Reyes Sánchez aseguró que no fue casual el apoyo que le brindó Balaguer a Leonel Fernández para que asumiera la Presidencia de la República, en 1996.

  • Para amigos o adversarios, Joaquín Balaguer fue un hombre profundamente enigmático y, más aún, impredecible. Pocas personas tuvieron el privilegio de conocer algo del “Santus santorum” de este estadista, el hombre que más tiempo ha gobernado el país después de Trujillo.



    El escritor e historiador Miguel Reyes Sánchez es uno de ellos, quien sonriente y complacido de poder contar a la sociedad dominicana y al mundo algunas particularidades del expresidente reformista, expuso en la “Mesa de Podcast” del programa Entre Periodistas, lo que vivió cerca del mandatario.
    Siendo un mozalbete en el equipo de protocolo del Palacio Nacional observó detalles que en ese entonces debía callar, pero hoy, siendo presidente de la Academia Dominicana de la Historia y ex presidente de la Academia Dominicana de Ciencia, siente el deber de consignar esos hechos inéditos. Como un modelo de grandeza humana y resistencia ante adversidades políticas describió la figura del doctor Joaquín Balaguer Ricardo.

    El estadista lo consultaba, a pesar de ser muy joven, para asegurarse de que lo que le decían los miembros de su gabinete era la verdad.
    Reyes Sánchez recordó su llegada al Palacio Nacional en 1986, cuando Balaguer regresó al poder, ciego, tras una transición de Gobierno dominada por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). “No teníamos guías especiales, pero el general (Rafael) Pérez Bello actuaba como un lazarillo, y nosotros preparábamos espacios libres para evitar tropiezos”, explicó.
    Al referirse a lo que le llamaba la atención del Presidente y líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), el invitado al podcast detalló que Balaguer manejaba documentos con “lectores humanos” como Bello Andino, hombre de confianza que fungía como secretario general. También con las secretarias Enedina (Rodríguez) y Rosa (Domínguez), además de Ramón Lorenzo Perelló para asuntos periodísticos.

    Los periodistas Wendy Santana y Miguel Franjul conversan en su programa “Entre Periodistas”, con el escritor e historiador Miguel Reyes Sánchez.
    Los periodistas Wendy Santana y Miguel Franjul conversan en su programa “Entre Periodistas”, con el escritor e historiador Miguel Reyes Sánchez.

    “Nunca mandó matar a nadie. Había operaciones como El Águila Feliz, conspiraciones contra él”, afirmó, y mencionó en ese orden, también, a la Operación Cóndor de la CIA para contener el comunismo en América Latina.
    Una anécdota memorable fue cuando Reyes Sánchez estaba buscando en la Consultoría Jurídica del Palacio, el decreto de “pompas fúnebres”, que detalla el protocolo para el sepelio de los hombres o mujeres de Estado, “por si acaso” lo necesitaría un día, y al llegarle a Balaguer un reporte de inteligencia sobre esas gestiones, lo llamó a su despacho para inquirirle y pedirle una explicación
    NO SE QUERÍA MORIR
    “El Presidente me preguntó si veía algo mal en su semblante, y yo respondí que lo veía mejor que nunca”, relató el historiador revelando que Balaguer, si bien estaba preocupado pensando que el joven podía tener información sobre su estado de salud, conectaba con su curiosidad por saber cómo debía actuar ante una acción semejante, y así ponía a prueba a sus colaboradores.

    El círculo íntimo del doctor Balaguer incluía a Aníbal Páez y Guaroa Liranzo, en lo personal, así como a Rafael Bello Andino (fallecido recientemente) en lo público, sacrificando lealtades cuando era necesario. “Trabajaba hasta las 11:00 de la noche, y su despacho era el centro de todo”, señaló.
    LO FUERTE Y LO DÉBIL DE UN LÍDER
    Sánchez describió a Balaguer como un líder político que estallaba en ira cuando descubría falsedades o acciones en contra del interés nacional y de su gestión de Gobierno.
    Citó el caso de Fernando Rainieri, secretario de Turismo, quien le llevó el borrador de un decreto en el que se abría la posibilidad de arrendar la Isla Catalina, con el cual no estaba de acuerdo, y Balaguer, indignado, por considerarlo “antihistórico” y prohibido por la Constitución de la República, ordenó la destitución del subconsultor jurídico al que le atribuía el yerro.

    Otro ejemplo fue cuando el administrador de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) fue despedido por ocultar la realidad sobre el suministro de energía eléctrica, afirmando que todo estaba de maravilla, cuando la verdad era que el país pedía a gritos el cese de los apagones.
    “Cortaba problemas de raíz, sin dar segundas oportunidades”, explicó Reyes Sánchez destacando el “anillo impenetrable” de confianza que rodeaba al Presidente, con grupos leales como los de Guaroa y Bello Andino.
    Balaguer, radical en decisiones, sacrificaba lealtades cuando era necesario, pero mostraba empatía con humildes, como la “bruja de San Cristóbal”, y figuras como José Manuel Bello Cámpora.
    Citó, además, el respeto del mandatario por mujeres influyentes como doña Altagracia Bautista de Suárez, Mariana Binet y Licelott Marte. Evitó nombrar a quien Balaguer tenía por “aborrecibles”, tanto cerca como distantes de los círculos del poder.
    BALAGUER Y LÍDERES SEMEJANTES
    Como opositores locales, Balaguer admiraba a José Francisco Peña Gómez, visitándolo en la clínica cuando tenía problemas de salud, y revelando una versión inédita: “Peña no fue presidente por negarse a cambiar su candidato vicepresidencial, único requisito de Balaguer”.
    Sobre el fundador del PRD, profesor Juan Bosch, precisó que lo consideraba su adversario a carta cabal, pero lo admiraba por su fortaleza ante las adversidades políticas y los principios de libertad e igualdad de estatus social y oportunidades que profesaba.
    EL SUCESOR DE BALAGUER NO REFORMISTA
    Al ser preguntado sobre la figura que el doctor Joaquín Balaguer consideraba que podía sustituirlo en el liderazgo político, aún estuviera fuera de su partido, Reyes Sánchez reveló que indiscutiblemente era Leonel Fernández, a quien visualizó como su heredero natural.
    Aseguró que no fue casual el apoyo que le brindó para que asumiera la primera presidencia de la República en 1996, acortando su período de cuatro años (1994-1998), y propiciando pactos impensables, incluso en políticas de desarrollo industrial más alineadas con Balaguer que con Juan Bosch, la figura que había formado políticamente a Leonel.
    Otros de los elementos importantes señalados por el invitado a la “Mesa de Podcast” fue que Balaguer exhibía una memoria excepcional, pronunciando discursos improvisados de horas sin notas, aunque grababa citas para precisión.
    Sus debilidades más notables, según explicó, incluían traiciones que lo entristecían, pero las superaba con resiliencia. Nunca lloró, aseguró. Cuidaba a personas vulnerables, como Héctor, un empleado cuidador del estacionamiento con problemas mentales, a quien protegió tras un incidente durante una visita del escritor español Camilo José Cela.
    EL LADO PERSONAL E ÍNTIMO
    En asuntos personales, Balaguer controlaba presupuestos al centavo, revisando gastos semanalmente y esperando reportes incluso en Nochebuena.
    El misterio de su familia persiste, como quedó consignado en este conversatorio con el veterano periodista Miguel Franjul y quien suscribe esta nota. “Está claro que no reconoció hijos públicamente, aunque los apoyó económicamente y explicó su soltería con humor”, dijo Reyes Sánchez.
    “Me gusta desmontarme de la cama por cualquiera de los dos lados”, era la frase con la que el líder reformista registrado en la historia como el político dominicano de mayor trascendencia y acierto, justificaba su desdén por el matrimonio y los amarres propios del hogar y los hijos.
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