La historia de Ramón de León es un viaje de lucha, sacrificio y pasión por el racquetball.
- “A veces, los grandes sueños comienzan por casualidad.”
- Esa frase describe perfectamente la vida deportiva de Ramón de León, quien pasó de ser un joven anónimo con un trabajo común a convertirse en medallista centroamericano y pieza clave en la historia del racquetball en el país.
- Su destino cambió por una simple coincidencia, un giro inesperado que lo llevó de recoger pelotas a subirse al podio de los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023.
- De León trabajaba como bolerito en el Santo Domingo Country Club, encargado de recoger y pasar pelotas a los jugadores de tenis. Sin embargo, un día cualquiera, un simple mandado lo llevó a descubrir un deporte que marcaría su vida para siempre.
- “Resulta que un día me mandan a buscar algo de tenis al área del racquetball. Pero cuando fui a buscar lo que me pidieron, vi a los jugadores de ese deporte en acción y me gustó lo que vi”, dijo De León al Listín Diario.
- Pero lo de León no fue simplemente gusto, fue amor a primera vista. Desde que vio ese deporte, se enamoró y se imaginó a sí mismo dentro de la cancha, empuñando una raqueta, luchando por cada punto.
- “Mi intención primero era jugarlo en el Country Club, pero solo como un hobby, no de manera profesional. Sin embargo, como yo era solo un recogepelotas y no era socio, no podía jugar, porque solamente podían hacerlo los socios. Fue entonces cuando decidí ir al Centro Olímpico y jugarlo a tiempo completo, de manera profesional”, añadió De León.
- DIFICULTADES
- Así comenzó su camino en el racquetball en 2006, pero no sería un trayecto fácil. Entre 2006 y 2009, De León entrenó y compitió, pero las dificultades económicas lo obligaron a hacer pausas y tomar trabajos extra para poder sostenerse.
- “Yo ya tenía un hijo y había que mantenerlo. En algunos momentos tuve que buscar dinero porque yo era quien sustentaba mi casa. Eso es quizás lo negativo de estas disciplinas que no son muy seguidas y que no generan mucho dinero. Los atletas de racquetball tenemos que obligatoriamente buscar otro trabajo independiente, con una empresa o lo que sea, para poder mantener a nuestras familias”, señala el destacado jugador.
- Debido a esa realidad, De León se apartó del racquetball en 2009 y se enfocó en trabajar. Sin embargo, en 2014 regresó con fuerzas renovadas, motivado por la llegada de un nuevo entrenador que trajo estrategias frescas y un enfoque diferente al equipo.
- “Cuando llegó el nuevo entrenador, me motivé a regresar. No porque la entrenadora anterior fuera mala, sino porque quizás en algunos puntos no contaba con todos los recursos. Pero con el nuevo entrenador, nosotros rápidamente subimos de nivel. De hecho, automáticamente, al año siguiente, obtuvimos medallas, y eso se siguió repitiendo en los años siguientes”, manifestó.
- RESULTADOS
- La decisión de volver al racquetball rindió frutos. En los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe, De León logró una histórica medalla de bronce en la modalidad de dobles mixto, haciendo pareja con María Céspedes.
- Este logro no solo significó un triunfo personal, sino también un hito para el racquetball dominicano.
- La historia de Ramón de León es un recordatorio de que, aunque el camino hacia el éxito puede estar lleno de obstáculos, la pasión y la determinación pueden convertir cualquier casualidad en una gran oportunidad.
- Desde recoger pelotas hasta subirse al podio, su historia demuestra que, cuando se lucha con el corazón, cualquier sueño puede volverse realidad.