A 24 años de su desaparición, aún esperan a Rafael Tapia

ComoSucedio.com
  • 24 años después de su desaparición, la familia de Rafael Tapia Rodríguez, en Jarabacoa, esperan todavía que vuelva a casa.

  • Cada 1 de diciembre, la familia de Rafael Antonio Tapia Rodríguez,lo recuerda con amor y revive la esperanza de que vuelva a su casa, aunque hayan pasado 24 años desde la última vez que lo vieron, el día de su desaparición, cuando se trasladaba desde La Vega hacia Jarabacoa.
  • Judit Tapia, hija de don Rafael Antonio, cuenta que su mamá falleció 6 años antes de que su papá desapareciera, por lo que él era todo lo que ella y sus cuatro hermanos tenían.
  • “Fue muy difícil para nosotros. Cada primero de diciembre lo recordamos, con la esperanza de que llegue a su casa. Yo siempre mantengo la esperanza”, dijo con la voz entrecortada.
  • Cuenta que un sábado 30 de noviembre de 2001, estaba en su casa en Yerba Buena, Jarabacoa, compartiendo con él a medio día; estaban cocinando porque esperaban visita, y ella lo notó distraído y tenso.
  • Cuando lo llamó a comer, luego de él haber ido a hacer un mandado, le dijo que no quería comida en ese momento. “Yo le pregunté, ¿papi, pasa algo?, y me dijo que no”.
  • Dice que se fue a trabajar con normalidad, y en la noche, cuando regresó a casa, vio que la pasola de su papá permanecía afuera, algo extraño porque siempre acostumbrara a entrarla; pero no le dio gran importancia y se acostó. Al día siguiente, ve que su papá no amaneció en la casa. Salió a trabajar. Ve a sus hermanos llegar llorando, quienes le dicen: “Judipapi se fue”. “En ese momento perdí el conocimiento; ahí me quedé”, cuenta Judit.
  • Sus hermanos habían encontrado una carta de despedida de don Rafael, que decía: “Mis hijos, cuídense mucho, (unas instrucciones para la casa que estaban construyendo), los quiero”.
  • Expresa que a pesar de recibir la carta, que parecía de despedida, duda que su papá se haya suicidado, ya que nunca apareció el cadáver. “No creo que se fuera tan lejos a quitarse la vida”, indica.
  • Judit cuenta que contrataron investigadores privados y realizaron todos los procedimientos de lugar con las autoridades, aunque no fue hasta después de haberse trasladado a la capital, a hablar personalmente con Pedro Candelier, quien era entonces jefe de la Policía Nacional y muy amigo de su papá, que le pusieron atención al caso.
  • “Lamentablemente nosotros estamos desamparados con la justicia dominicana, no le pone ninguna atención a los familiares de los desaparecidos. En ese entonces, para yo poder gestionar la brigada de búsqueda, tuve que trasladarme a Santo Domingo. Mi papá fue guardia y estudió con Candelier. Así fue que me pusieron atención allá. Él me mandó todas las ayudas necesarias para que me dieran acompañamiento a la búsqueda de de mi padre”, dice Tapia.
  • La última persona que tuvo contacto con él, fue un amigo de la familia, que estableció haberlo visto esperando y montándose en un vehículo blanco, de camino a Jarabacoa desde La Vega. Llevaba algo negro en la mano, como una cartera.
  • 1 de diciembre de 2001
  • No dan con su paradero
  • Sin informaciones.
  • Hasta el día de hoy, en 2025, la familia de Rafael Antonio no ha vuelto a tener informaciones que pudieran acercarlos a dar con su paradero. “No sabemos si le hicieron daño, no sabemos qué pensar”.
  • En Baní.
  • Indica que anteriormente la gente le decía que fueran a averiguar, que había una persona parecida a él en Baní, se trasladaron allá, y no era él.
  • Su papá, quien era oriundo de Güaigüí, en La Vega, se mudó a Jarabacoa a procrear su familia. Trabajaba como inspector de la Secretaría de Trabajo, luego fue colaborar político del PRD en el período presidencial de Hipólito Mejía y después se desempeñó como policía municipal, siendo uno de los miembros fundadores de la institución.
  • Actualmente, don Rafael Antonio tendría la edad de 77 años. Su hija lo define como un hombre dinámico, que le gustaba colaborar con los más necesitados.
  • A la vez que expresa no sentirse conforme con el trabajo de las autoridades, que nunca dieron respuesta del paradero de su papá, y su preocupación por otras desapariciones que han quedado en el olvido. “Aquí en Jarabacoa han pasado muchas desapariciones y nunca se sabe nada”.
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