A su corta edad, los niños del barrio 27 de Febrero en el Distrito Nacional son conscientes de los problemas que rodean su entorno, por lo que desde ya expresan su preocupación por las consecuencias que estas puedan llevar en sus vidas.
Con edades de 7 a 10 años, los estudiantes de la Escuela Básica Héctor José Díaz dialogaron con el director del Listín Diario, Miguel Franjul sobre sus inquietudes y anhelos, siendo la economía y la delincuencia el tema más mencionado.
En el encuentro, que se realizó en la Parroquia Nuestra Señora de La Altagracia, Franjul preguntó a los niños sobre los problemas que sienten más cerca en su vida o en sus hogares, a lo que Alexandra (nombre artificioso para proteger la identidad de la menor), respondió que la delincuencia es su mayor desvelo. La niña expresó que le teme a los ladrones, y aseguró que en su barrio “hay muchos”.
Su compañera Andreina, compartió la misma preocupación por la ola delincuencial, esto debido a que su familia fue víctima de robo, luego de malhechores penetraron en su vivienda y robaran algunas pertenencias.
“En mi propia casa se llevaron. Entraron por la puerta, y se llevaron el celular de mi mamá, pero no la agredieron, gracias a Dios ella estaba en la cocina”, contó la estudiante.
Asimismo, Josué manifestó que el principal problema de su sector es la economía, al asegurar que los alimentos y “otras cosas necesarias están muy caros”. Josué expresó que le gustaría que los alientos bajen de precio.
Al lado de Josué se encontraba María, quien especificó que la falta de agua, específicamente en las escuelas, es una problemática que le causa inquietud.
Seguido de esto, su colega Alejandro habló del medioambiente y la contaminación, afirmando que en algunas zonas el entorno es muy sucio porque las personas arrojan mucha basura.
“Yo también pienso en la economía”, dijo la alumna Alicia, al momento que agregó “un ejemplo, los padres que no pueden comprar los alimentos para sus hijos”.

El deseo de practicar deportes
Los alumnos de la Escuela Básica Héctor José Díaz no solo son juiciosos de las precariedades a las que se enfrenta su sector, sino que también aspiran a que les sea construido un plantel escolar que les permita desarrollarse en diversas remas del deporte.
El 27 de Febrero carece de parques o áreas verdes donde los niños, adolescentes y jóvenes puedan practicar alguna disciplina; los lugareños señalan esto como una de las causas que lleva a la juventud a delinquir.
Aun así, Alexandra, Andreina comentaron que les gustaría ser jugadoras de voleibol; Alicia quiere practicar gimnasia artística; Alejandro y Miguel anhelan jugar futbol, mientras que Josué le gustaría jugar baloncesto o ajedrez.
Hasta el momento, ninguno de estos niños del barrio 27 de febrero tiene la posibilidad de acudir a un club para realizar actividades deportivas, como ellos hay cientos de estudiantes que no tienen acceso a jugar o realizar actividades físicas.
El barrio capitalino no cuenta con un polideportivo, mientras que la “Escuela María Auxliadora” y la “Escuela Básica Héctor José Díaz”, tampoco cuentan con espacios donde los niños hagan tareas recreativas.
Ambos centros educativos operan con una infraestructura en detrimento, con aulas que acogen alumnos más allá de su aforo, lo que impide se pueda impartir una educación de calidad a los estudiantes.
“La falta de espacios deportivos. Nosotros no tenemos un polideportivo en el barrio, aquí los muchachos juegan en medio de la calle, lo que es peligroso”, es una de las quejas que pronunció el padre, Francisco Antonio Castillo Montilla de la Parroquia Nuestra Señora de La Altagracia.