Organización feminista preocupada por falta de hogar de paso para niñas privadas de libertad

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  • Vargas explicó que esta problemática no es nueva y que desde hace años insisten en la necesidad de que el Estado habilite un espacio seguro y adecuado para estas menores. Recordó que, en ocasiones anteriores, niñas rescatadas de burdeles quedaban sin un lugar donde recibir atención inmediata, lo que motivó a la organización a exigir una solución definitiva.

    Manuela Vargas, integrante del Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM), expresó su preocupación por la ausencia de un hogar de paso para niñas y adolescentes privadas de libertad en Santiago, situación que obliga a las autoridades a mantenerlas temporalmente en cuarteles policiales, donde llegan a ser mezcladas con mujeres adultas.



    Vargas explicó que esta problemática no es nueva y que desde hace años insisten en la necesidad de que el Estado habilite un espacio seguro y adecuado para estas menores. 
    Recordó que, en ocasiones anteriores, niñas rescatadas de burdeles quedaban sin un lugar donde recibir atención inmediata, lo que motivó a la organización a exigir una solución definitiva.

    Relató que, en una oportunidad, lograron gestionar una vivienda junto al ayuntamiento, pero esta fue posteriormente entregada a CONANI y destinada como hogar de paso para varones, dejando nuevamente a las niñas sin un espacio propio.
    A pesar de los reclamos, la situación en Santiago se mantiene igual, niñas privadas de libertad deben ser trasladadas a Jarabacoa o a otras provincias lejanas, donde deben convivir con menores con distintos perfiles y problemáticas.
    Además, algunos hogares de paso no aceptan niñas con trastornos mentales o adicciones, lo que dificulta aún más su atención.

    Vargas advirtió que llevar a estas niñas a cuarteles y mezclarlas con mujeres adultas puede afectar seriamente su bienestar emocional. Indicó que una adolescente en situación de vulnerabilidad puede ser fácilmente influenciada por una adulta, lo que podría agravar su conducta en lugar de mejorarla.
    “Pasar una noche en un cuartel, como si fueran delincuentes, es profundamente traumático”, afirmó.
    También señaló que muchas de estas niñas provienen de hogares disfuncionales, pobreza extrema, expulsión escolar y entornos violentos.

    “Cuando no hay familia ni comunidad, el Estado debe garantizar los derechos que les corresponden”, expresó.
    De igual forma, confirmó que el NAM ha brindado apoyo psicológico a menores remitidas por el Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes y por la Defensoría, especialmente en casos de violencia.
    Vargas afirmó que la organización estaría de acuerdo con la creación de un centro de rehabilitación para niñas en la región norte, más enfocado en acompañamiento emocional y formación que en reclusión.

    Recordó que el movimiento Vida Sin Violencia, al cual pertenece el NAM, logró impulsar la creación de casas de acogida para mujeres víctimas de abuso. Sin embargo, reconoció que el avance ha sido más lento para las niñas y adolescentes debido a la complejidad de sus casos. Aun así, aseguró que continuarán demandando hogares de paso que garanticen protección, atención integral y condiciones dignas para la niñez más vulnerable.
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